Pensar en Carnaval es pensar en alegría, celebración, música, color, desfiles y comida especial.
En muchos países, se presenta los días previos a la cuaresma y es por eso que se considera un pórtico al comer y disfrutar sin límites. Como lo dice Judith, de Alemania: “la gente tiende a comer tantos dulces y golosinas como le sea posible, previo al periodo de ayuno (aunque actualmente, muchos no lo practican)”. En Colonia se aprecia tanto el Carnaval, que inclusive se toma vacaciones en estos días, para poder disfrutar de espectáculos de música, baile y también puestos de comida y bebidas en la calle. Lo tradicional en este lugar es desayunar en familia o con amigos las famosas Berliners –masas de harina de trigo que se fríen y se rellenan con mermelada.
Al oeste de Colonia, en Aalst, Oilsjt como los locales lo llaman, también se celebra el Carnaval. Gert, de Bélgica nos cuenta que, así como en Colonia, estos días son de baile, música, desfile y también comida y bebida. En Oilsjt, se prepara un curioso plato tradicional: los Smoutebollen met pickles en Stoofvleessaus – masas dulces fritas que se sirven con salsa de estofado de carne de res y pepinillos encurtidos en vinagre. Gert asume que esta rara combinación de alimentos la debe haber ordenado algún “drunken carnivalist” hace algunos años y desde ahí se volvió una rara tradición que recalca, no sabe tan mal como suena. Hay carritos de comida con las tradicionales papas fritas belgas, hamburguesas y salchichas fritas. Aparentemente, mientras más grasosa la comida, mejor sabe en estos días.
Receta de Berliner de Marcel Paa
Ingredientes:
*Aceite para freír: girasol, coco, canola, soja.
*Mermelada para rellenar y azúcar para decorar
Preparación: