La crisis climática global, como el incremento en la temperatura y los cambios en la precipitación, han afectado a sistemas físicos en la naturaleza (glaciares, inundaciones, sequías). Estos impactos también afectan a los sistemas biológicos (vida terrestre y acuática) y los sistemas humanos (infraestructura, energía, salud, migración, turismo y valores culturales). Desafortunadamente, muchos de los impactos en estos sistemas tienen un efecto cascada; es decir, un impacto en un sistema produce una cadena de impactos en otros sistemas. Por ejemplo, el incremento de temperatura y una disminución de lluvia en ciertas épocas del año han ocasionado disminución de la producción agrícola en pueblos Andinos, que a su vez, tiene consecuencias en la seguridad alimentaria y economía de las comunidades, así como en sus costumbres y rituales.
En la Escuela de Ingeniería Ambiental de la Universidad del Azuay, se llevó a cabo un estudio que recopiló los impactos detectados en los sistemas naturales y humanos en los Andes; y, además, se emplearon metodologías que permitieron atribuir estos impactos a cambio climático o a otros factores naturales o antrópicos. El estudio encontró que los impactos más notorios en la región son: (1) derretimiento de los glaciares, principalmente atribuido al aumento de temperatura causado por el incremento en los gases de efecto invernadero; (2) incremento en la magnitud y frecuencia de inundaciones, sequías y deslizamientos; (3) disminución en la cantidad de especies acuáticas y terrestres y migración de las especies hacia diferentes altitudes; (4) disminución en el rendimiento agrícola; (5) aumento en los casos de enfermedades como el dengue; (6) disminución en el turismo, sobre todo en las zonas donde se derritieron los glaciares; (7) aumento de migración de jóvenes hacia zonas costeras; (8) cambios en los rituales andinos y en la vida comunitaria. Es importante notar que la causa de muchos de estos impactos ha sido atribuida al cambio climático, con mayor grado de confianza a aquellos impactos ocasionados por aumentos en la temperatura. Sin embargo, existen otros factores que actúan en igual o mayor medida que el cambio climático, como por ejemplo el cambio en el uso del suelo que incrementa la vulnerabilidad a desastres como las inundaciones, los impactos económicos que afectan más a las poblaciones rurales, y por consecuencia, a las familias agrícolas de los Andes, o acciones antrópicas directas como la minería que han afectado los servicios ecosistémicos en zonas vulnerables.
Estos estudios son importantes para nuestra comunidad Andina, pues representan el primer esfuerzo de recopilación sistemática de detección y atribución de impactos en nuestra región que da cuenta de los daños que esta crisis climática ya ha ocasionado en nuestros sistemas naturales y humanos. Además, estudios como este constituyen una base para conocer cuáles son los vacíos de conocimiento y cuáles son los sistemas que merecen urgente atención por parte de los gobiernos. Es así, que los desastres como inundaciones, sequías y deslizamientos deben ser tomados en cuenta en el manejo integral de cuencas; así como, los impactos en ecosistemas terrestres, acuáticos y en la agricultura merecen estrategias urgentes de mitigación y adaptación. (I)